19 feb 2017

Viajar sola

En muchas ocasiones me habían dicho que nunca debía de viajar sola, decían que es muy peligroso para una mujer hacerlo pero para mí el peligro que eso involucraba y la prohibición lo hacía aún más deseable, es por eso que me aventuré a mandar a todas esas voces al demonio, si no era ahora ¿cuándo?, ¿cuánto tiempo iba a dejar pasar para hacer algo que deseaba tanto?, ¿iba a dejar que el miedo me impidiera hacerlo? No lo creo, no más.


Creo que mi deseo de viajar sola creció desde que conocí a muchas personas, entre estas, muchas mujeres que lo hacían. A ellas las conocía por casualidad en hostales, trenes, aviones, autobuses, o por amigos. Ellas recorrían países lejanos, aprendían de sus culturas y, por lo general, se encontraban con gente maravillosa que les ayudaba y con la que hacían grandes amistades. Yo quería ser como ellas; quería viajar sin miedo, ser fuerte e inteligente para resolver los problemas que se me presentaran, quería ser independiente como ellas, toda una viajera preparada para lo que sea que me fuera a encontrar en mi siguiente destino aunque esto fue más difícil de lo que pensaba.

Tower Bridge en Londres.
Cuando decidí hacer mi viaje sola, tengo que admitir, estaba muy nerviosa, tenía muchas ansias, estaba aterrada por lo que podría pasar, me imaginé todos los escenarios posibles para tener de plan A hasta el Z. Dentro de mí trataba de calmarme diciéndome que ya debería de estar acostumbrada para este momento, quiero decir, ya había viajado estos pasados meses en muchas ocasiones, la única diferencia es que en mis viajes pasados tenía compañía. A veces viajaba sola a mi destino pero ahí mismo me encontraba con amigos con quienes seguiría viajando.

Cuando uno viaja solo, tiene que saber que si te pierdes, si caes, si pasa lo que sea, estarás sol@, estaba al tanto de esto y es por ello que la idea de viajar sola no era lo que me llenaba de ansiedad, sino tener a nadie a quien acudir en caso de ayuda, no tener a alguien con quien encontrar el camino correcto y no tener con quien compartir momentos bellos. Es por ello que un día antes de partir a mi aventura no pude dormir, parte por emoción, parte por estrés, parte por ansiedad. Era obvio que tenía miedo pero pensaba que, al fin y al cabo, así es la vida. Algún día tenía que salir de mi zona de confort, tenía que crecer como persona y aprender a no depender de otras ya que, finalmente, vamos a vivir con nosotros mismos toda la vida, así que ¿por qué no tomarse el tiempo de conocerse a uno mismo y hacer lo que a uno le gusta?

Stephany a mi derecha y Gautier a mi izquierda.
Así que con mi maleta en mano y una mochila, fui a parar a Londres, una ciudad gigante y hermosa.Por primera vez viajaba sin acompañante y a pesar de mis miedos, la idea de ser como aquellas mujeres que había conocido me daba ánimos y me impulsaba a seguir. El primer día, como es de costumbre, me perdí pero con ayuda de la gente, pude encontrar el camino correcto a mi hostal.

Viajar solo también te impulsa a hablar con gente nueva, gracias a esto conocí a varias personas con las que conviví en los días que estuve en Londres y junto con los cuales salí a conocer la ciudad, entre ellos se encontraban una pareja muy amable que venía de El Salvador llamados Néstor y Stephany, además de un chico muy amigable y divertido llamado Gautier de Francia con los cuales tuve la oportunidad de conocer Londres.
Nestor y Stephany.

También tuve la oportunidad de conocer Warner Bros Studio y realicé el Tour de “The making of Harry Potter”. Ya que había ido sola, dispuse todo el tiempo que quería para tomar cuantas fotos quería y disfrutar de mi propia compañía.

Volver a mi ciudad en Alemania fue difícil, quería seguir conociendo la ciudad y convivir más con mis nuevos amigos pero tenía que partir, tenía que estudiar para mis próximos exámenes en la universidad. Nunca olvidaré las aventuras que viví en Londres, gracias a esta experiencia pude crecer como persona, aprender de otros, conocer nuevas culturas, lenguajes y gente.

Plataforma 9 3/4 en Warner Bros Studio.
"The making of Harry Portter"
Ahora creo que no importa tu sexo, orientación sexual, raza, estatus económico, etc. Creo que no hay impedimento para  viajar solos al menos una vez en nuestras vidas, pienso que esta es una de las mejores maneras de conocernos a nosotros mismos, de hacernos más fuertes y, claro, aprender de otros.

Ahora digo que no hay que tenerle miedo a las aventuras porque es eso que las hace tan emocionantes, que tienden a ser peligrosas y bellas al mismo tiempo. Y viajar solo, vaya que es una aventura digna de vivir.

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